sábado, 30 de octubre de 2010

Estoy deliciosamente cansada y mi agenda de aquí al 30 de noviembre no marca pausa. Queda mucho por hacer, las ideas vuelan, mi corazón se pelea con la instruida de la razón y mis sueños siguen consistentes su paso, intentaré, en lo que resta del año, dar a cada escenario la dedicación y el tiempo adecuado.

Esta tarde pongo música, prendo un incienso, preparo el disfraz que utilizaré en la fiesta que me espera y veo al descendiente sol asaltar este espacio tan mío. Poco a poco, saboreo los detalles del entorno empapado de notas, letras y la nueva escencia que impregna como droga quien mata mis teorías todas y puebla de arrebatos los que deberían ser silencios.

Han sido días felices, días llenos de trabajos escolares, trabajo, búsqueda de y mimitos. Días en los que lucho por no vivir con este espasmo estomacal que me provoca pensar que un día amaneceré con el recuerdo padeciendo la pena de no saber que hacer con los datos gráficos y métricos que he aprendido de su cuerpo. En general, han sido días intensos, días buenos en los que he compartido con mi grupo de amigos momentos gratos que me hacen valorar entre copas y bromas lo afortunada que soy.

jueves, 21 de octubre de 2010

Si me lo preguntas, posiblemente sí prefiero...

Vivir en el autoexilio a habituarme a las demostraciones más tibias que ofrece el amor.

Disfrutar de una complicidad que invita a la incertidumbre y exime al esclarecimiento, a vivir al pie de la puerta añorando lo que nunca existió.

Ocultar mis miedos con eventos físicos y químicos que ver a las relaciones como una institución.

No saber en que capítulo de la vida estoy para seguir motivada por lo que el azar traerá.

Vivir una vida en donde personalmente decida a quien entregar las invitaciones que determinarán la carga emocional a disfrutar, a vivir con el corazón penoso de cohabitar con la intachable de la mediocridad.

martes, 19 de octubre de 2010

Canto, escucha y pretendemos bailar.

Besa, sonrío y reímos nerviosos.

Suspira, desea, respiramos y ansio.

Queremos, tememos y engañamos a la vida.

Sueño, sueña, soñamos y no hay más certeza de otra cosa más que de eso.

Guía para llevar los sueños al siguiente nivel.

Anoche platicando con una amiga hablamos de las diferentes facetas del miedo y como a diario nos movemos entorno a él, concluimos sin la información necesaria y creamos mundos imaginarios que nos motivan a luchar por algo que sólo existe en nuestra mente. Tuve mucho que decir, el autoengaño por décadas (2) me ha impulsado a la creación.

Paso uno: Almaceno lo que sueño, escucho, leo y vivo.

Paso dos: Filtro lo que no es de vital importancia en el siguiente espacio y dejo sin empacar los errores del pasado.

Paso tres: Descifro el código estructurado de ideas y símbolos de la mezcla

Paso cuatro: Les doy un contexto de uso y acomodo para que empalmen con mis propósitos.

Paso cinco: Disfruto del nuevo espacio hasta que deje de embonar con mis ideales para comenzar de nuevo.