Estoy muy agradecida con la vida.
Vivo cuerda, serena, paciente y complacida.
Soy de carne y hueso, no más un saco de locura e ironía.
Me quiero mantener así por un tiempo para ver si los días así para ti me congelan, y ya encarrilada, darte eso que mucha gente sólo en lindos sueños experimenta.
El tiempo es la soberana medicina de nuestras pasiones, pues proporciona nuevos y diversos objetos a la imaginación, que borran las antiguas impresiones por profundas que sean.
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