En el 2010 busqué trabajo y encontré la oportunidad de ser pagada por las letras que de mi emanan, por tener pláticas eternas con los periodistas de la ciudad y por aprender desde mucho más de cerca de ese complejo mundo llamado administración pública.
En resumen, tuve un año lleno de posibilidades, de aprendizaje, de experiencias y de trampas que me han dado muchísima fuerza, pero sobretodo la seguridad de saberme capaz de comprometerme con las circunstancias.
Durante el año pasado como consecuencia del trabajo, no viaje como me hubiera gustado, pero contribuí a que mi papá hoy en día cuente con lo más preciado que tenemos todos. La vida. Y es que hay tanto por lo que estar agradecida. He tenido un año sumamente estable que me ha dado por segunda vez la oportunidad de ser económicamente independiente, de aprender a decir adiós, de saber quienes son mis verdaderos amigos y de conocer a alguien que desde su llegada me ha replanteado de maneras inimaginables el amor.
Este año, no me incruste los propósitos en forma de uvas y nostalgia, en este 2011, mis objetivos están claros y son consecuencia de lo vivido en el 2010. Quiero escalar laboralmente, aprender de una vez por todas a tocar guitarra, amar sin egoismos, entender francés y manejar standard.
En este año que corre, mi único propósito inalterable es el de viajar más; visitar a mi amigo Darryl en Londres e ir a Madrid. Lo demás se lo dejamos a la vida, que no todo lo que uno cree necesitar se puede prever 365 días antes.
!Feliz Año!
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