jueves, 14 de marzo de 2013


Siempre creyéndose tan urbana, tan perturbada con el tercermundismo, todo en ella tiene un tono tan exclamatorio... y sin embargo se le ve buscando el mar y todas esas cosas espontáneas y mágicas que no se hablan fuera de la adolescencia, porque fuera de ella no hay pretextos. 

1 comentario:

kuke dijo...

las magas no necesitamos pretextos. Un abrazo desde argentina. Me gusta lo que leo!