Siempre
creyéndose tan urbana, tan perturbada con el tercermundismo, todo en ella tiene
un tono tan exclamatorio... y sin embargo se le ve buscando el mar y todas esas cosas espontáneas y mágicas que no se hablan fuera de la adolescencia, porque fuera de ella
no hay pretextos.
1 comentario:
las magas no necesitamos pretextos. Un abrazo desde argentina. Me gusta lo que leo!
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