Que se pretenda dimensionar adecuadamente la importancia que le dan los medios a la violencia que ocurre en México, se establezcan medidas de protección hacia los periodistas y se solidaricen ante las amenazas, es razonable, pero que 715 medios de comunicación se hayan comprometido de manera uniforme a tomar una postura de rechazo ante ésta, me parece poco profesional.
Entiendo que es un error convertirse en un vocero involuntario del crimen organizado, pero tampoco quieran convertir a los periodistas en los nuevos luchadores por la paz. La sociedad es lo suficientemente capaz de establecer un juicio -en base a datos y hechos- de lo que acontece en el país.