Nunca me permito estar más de una tarde triste, pero
cada cierto tiempo necesito estarlo. Soy incapaz de guardar rencor después de
mucho tiempo. Pido perdón cada vez que hace falta y doy las gracias mucho,
mucho, mucho. A veces tengo que parar un momento a poner orden...y ahí no
puedes entrar. Blandita por dentro. Voy de 0 a 100 en dos pestañeos y rara vez
dejo pasar. Pierdo el equilibrio con facilidad. A veces doy demasiado, pero me
quedo vacía rápido si no es reciproco. Escribir me hace más intensa de lo que en realidad soy. Las
segundas oportunidades me aburren. Adicta a las almas bonitas. Permeable.
Fuerte. Empática. Ansiosa a tope. Quiero mucho. Me quieren mucho. A veces tengo
miedo de más. Aprendiendo…
Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes.
lunes, 13 de febrero de 2017
miércoles, 4 de enero de 2017
Vive, joder. Vive.
Este año no tengo
planes, me extenuó la idea recurrente y cansina del qué será de los últimos tres años. El plan es no tener plan. Y es que desde la ida de Rodrigo llevo meses viviendo como si todo se fuera a pausar mañana, sin
perder el tiempo, sin detenerme en personas incorrectas, ni en momentos pocos memorables.
Este año no busco ser la mejor amiga, ni siquiera hija. Quiero ser solo yo haciendo del mundo ordinario otra dimensión en donde no quepan cosas sin alma.
Hoy no controlo
la velocidad, ni las ganas, no quiero, ni debo, ni me lo merezco, ni se lo
merecen.
Si me llamas voy, si me quieres nos escapamos, si te das me doy el
doble.
Hoy lo más
valioso que tengo está en mi edad y en mi libertad con la que muero de ganas de desordenar
vidas para después convertirme en esa sonrisa tonta en un día cualquiera de él, de ellas, de todos lo que se sumen a esta aventura.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)