Soy voluble, complicada y honesta, pero me niego a ser mala persona. Sé sentir, sé querer, sé entregarme, pero no me voy a despedir de nadie. Después de miles de mudanzas, despídete de Acapulco, despídete del DF, despídete de Acapulco otra vez, de Cancún, de Ensenada, esta vez de Tijuana y después de miles de adioses, he optado por no despedirme de nada ni de nadie, no crean que soy cobarde, no sé como hacerlo, si lo intento voy a llorar y nadie quiere ver eso, así que la cosa funciona así. Entre más te quiero, menos me despido.
Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes.
jueves, 23 de agosto de 2007
miércoles, 15 de agosto de 2007
Servicio a la Comunidad
Hace 5 años perdí mi base, tenía forma de hogar, señas particulares, olía a comida, siempre había gente, estaba muy bien decorada y tenía un perro que respondía al nombre de Scarlett. Si llevas más de 18 años viviendo ahí seguro estás harto, pero si no, sabes que es maravilloso volver cuando estás enfermo o cuando se te antoja tu guisado favorito.
En mi caso, ese tipo de estabilidad desapareció sin previó aviso, no me quejo, desde ese día tuve toda clase de libertades, una por otras, mas nunca dejé de buscarla. A los 18 la busqué en mi primer amor, a los 19 en el dinero, a los 20 en la universidad, a los 21 en un hombre mayor y a los 22, crisis total, encontré el 60% en mí.
domingo, 12 de agosto de 2007
Los secretos del tiempo que se vuelve espacio
Ni Freud ni Jung me han logrado disuadir de que el azar, lo inexplicable y lo sobrenatural, juegan un papel decisivo en la vida de cualquiera. Me espanta constatar que no es tiempo de abandonar por completo la ciudad culpable, que no he cerrado ciclos.
Cuantas cosas quedaron prendidas...
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