Con miedo a sonar estúpidamente idealista, la
verdad es que nunca me había sentido tan orgullosa de mi país, tan viva
socialmente, tan acompañada intelectualmente, tan identificada con un grupo que
ha despertado, que recuerda, motiva y dice basta.
Yo que veo oportunidades en varios niveles de
ganar los partidos punteros, que he trabajado en el medio más importante de
México, hoy confieso estoy cansada, algo así como vacunada del individualismo
electorero.
Soy de la idea de que son fechas de dejar de
ver por los intereses propios, de pensar en el colectivo y más allá del
egocentrismo. Porque yo soy tú, yo soy mi compañero de vida, soy ese mexicano
de salario mínimo, soy ese extranjero en paro, soy el de a lado que por su edad
no encuentra trabajo y soy lo que a diario me rodea. Seamos todos, seamos uno,
cambiemos las cosas desde aquí, desde nosotros.