miércoles, 5 de octubre de 2016

Que mi trabajo me salva, que tengo una vida social enorme, miles de sitios por visitar este mes y muchas experiencias que vivir. Que sigo sin entender por qué no estás aquí, pero ya ni me lo pregunto por hartazgo. Que pido los deseos con los ojos abiertos para no perderte de vista mientras espero el remedio milagroso para dejarte ir. Que busco las 11:11 y pierdo el alma cada vez que el deseo no se cumple. Que me como el mundo con un vino al lado, que sé que puedo con todo y un poquito más. Que cada día que pasa le coso más plumas a mis alas y tengo duendes que me traen sacos llenos de mensajes del porque lo he hecho bien. Que no te necesito aunque deje siempre un hueco para ti. Que no te pido que vuelvas porque ya te enseñé el camino de salida. Que mi boca ya no te echa de menos, que los sueños ya no son contigo, que mis noches no te buscan a ti.

Pero en la hora de la tarde, a la hora de llegar a casa, a esa casa sin ti, es otra cosa.

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