Que
mi trabajo me salva, que tengo una vida social enorme, miles de sitios por
visitar este mes y muchas experiencias que vivir. Que sigo sin entender por qué
no estás aquí, pero ya ni me lo pregunto por hartazgo. Que pido los deseos con
los ojos abiertos para no perderte de vista mientras espero el remedio milagroso para dejarte ir. Que
busco las 11:11 y pierdo el alma cada vez que el deseo no se cumple. Que me como
el mundo con un vino al lado, que sé que puedo con todo y un poquito más. Que cada
día que pasa le coso más plumas a mis alas y tengo duendes que me traen sacos
llenos de mensajes del porque lo he hecho bien. Que no te necesito aunque deje siempre un hueco para ti. Que
no te pido que vuelvas porque ya te enseñé el camino de salida. Que mi boca ya no te echa de menos, que los sueños ya no son contigo, que mis noches no te
buscan a ti.
Pero
en la hora de la tarde, a la hora de llegar a casa, a esa casa sin ti, es otra
cosa.
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