Después de mis mini vacaciones llegué renovada, ya necesitaba relajarme, no me gusta el juego, pero un motón de comida y un lindo cuarto de hotel cumplieron su cometido. Me encontré a mis abuelos más borrachos que yo en el Bellagio, seguro que si me hubiera ido a escondidas ya estaría en un internado de señoritas. Me la pasè muy bien, viajando se conoce mejor a la otra persona, uno es otro y los acompañantes también, al final de cuentas la ciudad te hace, te envuelve en un juego que te permite desenmascararte o ponerte el disfraz, uno elige, uno seduce, uno engaña o uno simplemente se deja llevar.
Pasaron muchas cosas por mi cabecita, me gustaría hacer un documental de todas las personas que viven en las vegas, qué piensan, qué ven, qué sienten al vivir en una ciudad de excesos, si son felices, cómo ven la no realidad y cómo viven la suya, cómo los homeless llegaron a serlo, qué pasa con las mujeres que están detrás de un mostrador de una tienda como Hermés viendo a otras comprar lo que ellas nunca podrán, qué piensan de la gente que a diario está ahí con la ilusión de solucionar su vida por medio del azar. Ver la ciudad desde el backstage, that´s my evil plan.
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