A veces,
lo único que hace falta es que venga alguien y te diga:
todo va a ir bien.
lo único que hace falta es que venga alguien y te diga:
todo va a ir bien.
Sin más rollos ni
explicaciones extra.
Todo.
Va.
A ir.
Bien.
Va.
A ir.
Bien.
Y que se lo crea.
Que lo diga tan convencido
que te quite el nudo en el estómago
y te devuelva el brillo de los ojos.
Que te sople el confeti de los miedos
hasta que no quede ni uno en la mano.
Sin pestañear ni una duda.
Que lo diga tan convencido
que te quite el nudo en el estómago
y te devuelva el brillo de los ojos.
Que te sople el confeti de los miedos
hasta que no quede ni uno en la mano.
Sin pestañear ni una duda.
Parece fácil, ¿verdad?
Y sin embargo… qué
poca gente nos salva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario