Si algún día me encuentras...

No te quedes conmigo, si tu piel se cubre de nombres y la mía... de personajes que no conoces.

No te vuelvas mi cómplice.

Vendrán otras sonrisas, otros aliados, otros olores y todo eso también algún día nos dará dolores, pero si me ves un día, háblame bajo, resiste mis manos, que a lo mejor en son de defensa, te intentarán hacer daño. Acepta los cambios.

Entonces cuando con una mirada de arrepentimiento todo esté aclaro, renuévame la piel, llévame lejos, léeme cuentos, di lo que piensas y por fin, después de mucho tiempo, dame la dignidad que deseo y hazme princesa.

No seas lo mismo: uno más, otro de esos tantos que forman parte del disfraz. Con el tiempo la vida sigue y el disfraz se queda atrás, será que venga otro con otro nombre, otro aliado y de ti quede sólo un espasmo.